Hace un año fui a pescar,
y desde la cima del Ventolau
te pude observar.
Este domingo vengo a por ti,
Mont-Roig,
preparado para gozar.
Te vi,
pero no te pude atrapar;
parecías lejos.
Tarareé la cancion para el rey,
pero desafiné bastante:
falta de práctica.
Después del Monteixo,
en Beret descansé:
no sentía las piernas.
Este domingo vengo a por ti,
Mont-Roig,
con un poco más de solfa.
La base establecida,
el camino por recorrer,
y el fruto por degustar.
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