Cómo debe obrar aquél que es capaz de lo saludable para ganar el estado de sosiego, es así:
debe ser hábil, íntegro, sincero y sin orgullo,
afable, apacible y muy contento,
fácilmente satisfecho y no envuelto
en excesiva actividad, y frugal en su modo de vida
con los sentidos en calma, inteligente y no osado,
sin ser mezquino cuando esté con otros,
absteniéndose de seguir los caminos que los sabios censuran
y teniendo siempre presente este pensamiento:
«Que todos los seres vivan felices y libres de todo daño
y que sus corazones se regocijen en su interior.
Todo lo que existe con respiración de vida,
tanto si son seres frágiles como muy fuertes,
sin excepción, sean altos, bajos
o de mediana estatura; sean grandes, pequeños
o gruesos; visibles o invisibles;
si viven lejos o si viven cerca;
los que están aquí, los que persiguen la existencia:
que todos los seres se regocijen en su interior:
Que nadie sea la ruina de otro
ni desprecie a otro de ningún modo ni en ningún lugar; que no se deseen mutuamente ningún mal
por causa de la provocación o de la enemistad.»
Así como una madre ama y protege a su hijo,
su único hijo, con el riesgo de su vida,
así debe cultivar este amor ilimitado
por todos los seres que pueblan el universo entero extendiéndolo con una conciencia sublime
hacia arriba y hacia abajo ya través del mundo,
con serenidad, libre de odio y enemistad,
y mientras está de pie, mientras camina, está sentado o acostado, libre aún de somnolencia,
debe estar absorto en esta atención.
Dicen que aquí hay una morada suprema.
Mas cuando uno vive libre de opinión alguna,
es virtuoso, dotado de visión interior perfecta
y libre de la avidez de deseos sensuales,
ciertamente no volverá jamás a ningún vientre.
(Sutta Nipata)
He aquí otra version:
Aquel que es diestro en la bondad,
Y que conoce el camino de la paz:
Sean capaces y rectos,
Directos y gentiles en el habla.
Humildes y no arrogantes,
Contentos y fáciles de satisfacer.
Aliviados con los deberes y frugales en sus formas.
Pacíficos y calmados, sabios y diestros,
No orgullosos y demandantes por naturaleza.
Dejen que ellos no hagan la cosa más leve
Que el sabio más tarde reprobaría.
Deseando: en felicidad y en seguridad,
¡Qué todos los seres vivan felices y en paz!
Cualquier ser viviente que sea;
Ya sea si son débiles o fuertes, sin omitir ninguno,
Los grades o los poderosos, los medianos o pequeños,
Los visibles o los invisibles,
Los cercanos y los lejanos,
Los nacidos y los por nacer,
¡Qué todos los seres vivan felices y en paz!
Qué ninguno engañe a otro,
O desprecie a ningún ser en cualquier estado.
Qué ninguno se enfade o se enemiste
O desee dañar a otro.
Así como una madre observa y protege con su vida
A su hijo, su único hijo,
Con un corazón infinitamente abierto
Debemos proteger a todos los seres vivos:
Irradiando amistad hacia el mundo entero
Difundiéndola hacia arriba hacia los cielos,
Y hacia abajo en lo más profundo;
Alrededor y sin limites,
Y libres de odio y mala voluntad.
Ya sea parados o caminando, sentados o acostados
Libre de soñolencia,
Uno debe sostener esta recordación.
Esto se dice que sea la permanencia sublime.
No manteniendo puntos de vista fijos,
El puro de corazón, teniendo claridad de visión,
Estando libre de todos los deseos sensoriales,
No nacerá otra vez en este mundo.
(Version de Yao Feng)
No hay comentarios:
Publicar un comentario