viernes, 11 de mayo de 2018

Pacificación mental: Ascender y descender


La vida nos depara sorpresas agradables y desagradables, teniendo en cuenta que suele ser el ego el que juzga si algo es de su agrado o no.  Y cuando comprendemos en profundidad los mecanismos de funcionamiento de esta entidad impermanente, tenemos una "ventaja competitiva" que nos permitirá construir un proyecto vital basado en el no-ego y que estará libre de competencia. Lo que cada uno de nosotros puede ofrecer al mundo es único y especial, y los que tengan una afinidad con nuestra forma de interpretar la realidad se sentiran atraidos hacia nuestro proyecto de una forma natural y  espontánea.

Si somos honestos con nosotros mismos, podremos ser honestos en nuestras relaciones con los demás, y el proyecto vital que emprendamos se verá acompañado por otros seres que compartan unos valores parecidos a los nuestros.

Llegados a cierto punto de nuestras vidas, las cosas se ven mas claras, y lo que en un principio fue un objetivo difuso se va concretando. Siempre he tenido una facilidad natural para concentrar la mente, sea el objeto de concentración una idea, una actividad o la propia mente.

Una concentración poderosa y estable es muy útil para poder comprender ciertos temas de reflexión y para poder entender las necesidades de los seres que se cruzan en nuestro camino y descubrir cuales son sus mapas mentales que les sirven para interpretar la realidad. Partiendo de la base de que nuestra motivación es ayudar a los seres a crecer y desarrollarse, la clave consiste en escoger la actividad adecuada para poder poner a su disposición nuestros talentos naturales, al tiempo que nosotros podemos gozar expresando estas facultades que de otra manera estan siendo desaprovechadas, o mejor dicho, podemos ser mas eficaces utilizando nuestros recursos de forma mas eficiente.


Como en la práctica del alpinismo, en la práctica de la pacificación mental hay que ascender para luego descender con una visión más ámplia y nítida, pudiendo ser mas eficientes y eficaces en las actividades que llevemos a cabo. Es a través de esta unión de Shiné y Laktong (shamata y vipassana) que aparece el Mahamudra, o Gran Sello, que no es otro que la mente reconociendo su verdadera naturaleza, sin la distorsión producida por el ego y sus samskaras , o patrones ineficientes de pensamiento y sentimiento que nos llevan a actuar de forma inapropiada.

En el coaching hay una herramienta conocida como la rueda de la vida, que nos permite determinar qué áreas de nuestra vida son manifiestamente mejorables.

En el budismo, la herramienta conocida como la rueda de la vida nos sirve para conocer como funciona el ego y así poder escapar de su yugo y actualizar nuestro mapa mental, pudiendo así dejar atrás formas mas ineficaces de interpretar la realidad que suelen conllevar bastante sufrimiento.





La primera rueda es útil para determinar el nivel de satisfacción del cliente (coachee) en diversas áreas de su vida y en cuáles se quiere centrar para conseguir unos objetivos determinados.

La segunda rueda es útil para los que quieran tener una comprensión mas profunda del funcionamiento de su mente. Por suerte para la humanidad, el estudio y la comprensión de la mente no la han inventado los psicólogos, sino que tanto en oriente como en occidente siempre ha habido personas con una comprensión profunda que desde tiempos remotos han transmitido estos métodos de autoconocimiento a otros que como ellos, han sentido la irresistible curiosidad de descubrir como funciona la mente.

Dependiendo de las necesidades de cada uno, utilizaremos una rueda o ambas.

La rueda ya está ahí, girando sin parar.

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