sábado, 21 de abril de 2012

Preciosa existencia: Impermanencia



Curiosa semana, con curiosas sensaciones y estados mentales.

Ayer iba a quitarme una peca, pensando en las posibles pero poco
 probables complicaciones que podían surgir, al ser en la cara.

Justo cuando llegaba a casa de mi tia, para ir con mi cuñado a la
consulta del dermatólogo, un helicóptero sobrevolando el pueblo llamó
mi atención.

Luego vi que había habido un accidente, y el helicóptero aterrizó
 justo al lado de donde yo aparqué, en un campo al lado de donde
 vive mi tia.

Salieron los sanitarios y como tenía quince minutos de espera,
subí con ellos hacia el lugar del accidente. Había dos coches
empotrados, dos ambulancias y un vehículo ciclomotor de color rosa
que reconocí al instante, con el morro destrozado.

Supe al instante que Sandra, la dueña del coche, con la que había
hablado justo hacía unos tres días y bromeado sobre la facilidad
de aparcamiento que tenía gracias a su vehículo pequeño,
era la que el helicóptero había venido a buscar.

Se ve que justo cuando iba a subir a su pequeño vehículo,
una mujer inexplicablemente la había atropellado,
lanzándola por el aire y destrozando el vehículo que
aun estaba aparcado al otro lado de la calzada,
y en vez de frenar había acelerado, y se había llevado
por delante otro vehículo aparcado hasta que se empotraron
en una farola.

Sandra está en coma, y ojalá se recupere pronto.

Mis miedos con la extirpacion de mi peca desaparecieron
supongo que por el contraste con el grave accidente
sufrido por Sandra y sus dramáticas consecuencias.

Es madre de una niña de nueve años, Ainoa,
simpatiquísima y siempre con una sonrisa en su
cara. 

Se da la triste casualidad de que hace poco más de un mes
dos ancianas fueron atropelladas cruzando un paso cebra,
y tambien observé de cerca el aterrizaje del helicóptero
sanitario. Una de ellas falleció y la otra, a la que conozco
desde hace muchos años, sobrevivió y se está recuperando
de las graves heridas sufridas.

Esto me ha hecho reflexionar y darme cuenta de que
muchas veces nos preocupamos por cosas triviales
y que las magnificamos porque no las comparamos
con otras cosas que nos podrian suceder o les estan
sucediendo a otros y que realmente son mucho mas
graves.

Ahora nos preocupamos por la situacion de crisis que
atraviesa NUESTRO pais, pero deberíamos ser conscientes
de que la mayoría de los seres estan en crisis desde que nacen
debido a que sus países estan en la miseria y no salen de
ella desde hace mucho y no tienen perspectivas de salir.

En realidad, mientras no seamos capaces de encontrar las
causas del SUFRIMIENTO y entrar en el recto camino
no podremos conseguir su cese, llegando al final
de nuestros dias siendo víctimas de la IGNORANCIA
que nos ha acompañado en nuestro viaje.

Cuando lloro por Sandra, en realidad estoy llorando
por mi, ya que mi situacion y la suya no son tan distintas,
pese a lo que aparentemente pueda parecer.

Su dramática situación no es tan distinta a la mia,
ya que cualquier dia puede sobrevenirme un accidente
imprevisto, habiendo perdido la oportunidad de
transitar el recto camino.

Esta vida es valiosa, y no hay que desaprovecharla
llevando a cabo actividades sin sentido.

Ojalá podamos todos salir del coma
de la ignorancia.

Espero que nos veamos de nuevo Sandra.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonitas palabras y bonita reflexión. A veces, o mejor dicho casi siempre, nos preocupamos por cosas triviales, que en realidad no tendrian porqué preocuparnos. Creo que todo tiene que ver con el "apego" al sufrimiento que forma parte de "nuestra" identidad. Hay un proverbio que dice así: "si tiene solución, por qué te preocupa y si no la tiene, por qué te preocupa". La cuestión es que estamos siempre preocupados, y casi siempre por cosas superfluas... Un saludo.

marpa dijo...

Gracias. Mi ego te agradece el cumplido. No sé si es apego al sufrimiento o apego a la ignorancia, que es la verdadera raiz de nuestro "ego" o "identidad". Sin apego el ego no engorda. El sufrimiento es la consecuencia inevitable de la ignorancia. No creo que al ego le guste especialmente sufrir, pero mejor sufrir a desaparecer con el desapego. Reflexiones sobre reflexiones. Un saludo despreocupado.

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