Curiosamente, los temores afloraron
antes de llegar a la cumbre,
demostrando una vez más
que aferrarse a las esperanzas
y temores del futuro
es pernicioso e inútil.
Una vez arriba,
muy pocos salieron
de sus escondrijos.
A lo mejor, cuando la
mente vive en el ahora,
los temores no existen
No tuve que utilizar el cuchillo,
pese a que lo tenía a mano.
Sólo recuerdo un asomo de
los fantasmas de montañeros
muertos en esta montaña,
pasando sigilosamente.
La noche con luna casi llena,
muy poco viento,
con unos dos grados
y sin nubes ni niebla.
Casi un hotel de cinco estrellas,
permitiendome gozar de una
magnífica experiencia.
Tendré que regresar otra vez,
ahora que ya dormí a los
pies de la cruz,
que esta vez no fue
del calvario.
antes de llegar a la cumbre,
demostrando una vez más
que aferrarse a las esperanzas
y temores del futuro
es pernicioso e inútil.
Una vez arriba,
muy pocos salieron
de sus escondrijos.
A lo mejor, cuando la
mente vive en el ahora,
los temores no existen
No tuve que utilizar el cuchillo,
pese a que lo tenía a mano.
Sólo recuerdo un asomo de
los fantasmas de montañeros
muertos en esta montaña,
pasando sigilosamente.
La noche con luna casi llena,
muy poco viento,
con unos dos grados
y sin nubes ni niebla.
Casi un hotel de cinco estrellas,
permitiendome gozar de una
magnífica experiencia.
Tendré que regresar otra vez,
ahora que ya dormí a los
pies de la cruz,
que esta vez no fue
del calvario.
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