lunes, 20 de julio de 2009

Un sabor: Parecen dos

La primera vez,
me ocultaste la vista.

Vine a por tus secretos,
y tu descubriste los mios.

Vine con prisas,
y el tiempo se perdió.

Creí marcharme,
pero algo quedó contigo.

Ayer me dejaste ver tu espalda,
y me facilitaste el ascenso.

Me mostraste tus entrañas,
en el pozo de las grajas.

Desde tu cabeza,
la vision es superior.

Ahora ya se que tu eres yo,
y nunca me marché.

Pedraforca,
hijo pequeño del Kailas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que belleza.

Namaste.

marpa dijo...

Que gozo encontrar mentes abiertas a admirar su propia belleza intrinseca.

Namaste

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