jueves, 26 de noviembre de 2009

Falsa humildad: Orgullo



La humildad es lo opuesto del orgullo y la soberbia.
Orgullo es pretender poseer unas cualidades que
en realidad no poseeemos y tambien hacer ostentacion
de las buenas que si poseemos.

La persona humilde es la que conoce sus buenas
y sus malas cualidades y las buenas las utiliza
de forma eficaz para poder ser de ayuda a
los demas y las malas las corrige, y todo
esto sin gran ruido ni pompa.

La falsa humildad es una forma disfrazada
de orgullo, que consiste en aparentar ser
humildes, pero en nuestro fuero interno
estar convencidos de que nuestro criterio
es infalible, ya sea porque somos el papa
de roma o porque supuestamente
hemos despertado al maestro interior
cuando en realidad seguimos siendo
victimas del ego espiritual
y sus trucos.

Este ego nos hace creer que somos
unos practicantes modelicos
y que los defectos siempre son de los demás,
aunque no quede bien decirlo en publico,
y por lo tanto sea conveniente ponerse
la mascara de la modestia, sencillez
y la falsa humildad.

Este es un truco egoico muy sutil
para disfrazar nuestro orgullo bajo
la máscara de un sustituto de la verdadera
humildad, y de esta manera seguir manteniendo
la mente prisionera bajo el yugo del ego espiritual,
nuestra imagen de practicantes modelicos,
que existe solo en nuestra imaginacion,
y es la fuente de la mayoría de los males
que nos afligen.

Cuando vemos que alguien encarna un defecto
de forma muy clara, debemos considerar que
ese es NUESTRO defecto, y trabajar para
cortar con él.

El que nos hace de espejo, y que generalmente
TAMBIEN suele estar atrapado en las redes
de ese defecto, tambien puede hacer este ejercicio
de autocritica, y sacar provecho de la situacion,
o bien creer erroneamente que el defecto que observa
en nosotros es SOLO nuestro, y no suyo.

Cada uno de nosotros es responsable de DESCUBRIR
y RECONOCER sus propios defectos, y trabajar
honestamente para liberarse de ellos.

Cuando por orgullo somos incapaces de reconocerlos,
entonces se hace necesario buscar a alguien honesto
que nos ayude a verlos.

Ese es el amigo espiritual, siempre veraz.


4 comentarios:

juAnr dijo...

Poderoso veneno, sibilino, sigiloso, escondido en el pensamiento discursivo, una cadena más del ego para encadenarnos al samsara, no lo he identificado correctamente durante años, y el orgullo, el compararme con los demás en la intimidad de mi pensamiento conceptual, se ha apoderado de mi, aunque sea verdad el razonamiento que deviene de la comparación realizada en un momento determinado, está mal el tan siquiera realizarla, ya que es ignorancia.

En este veneno llamado orgullo estoy trabajando con mayor insistencia desde un tiempo a esta parte, las enseñanzas nos hablan de diferentes clases de orgullo.
Al menos con el único que tengo que trabajar es con el que realizo de manera inconsciente con el pensamiento discursivo, en el trato con los demás y en mis acciones, hace tiempo que lo tengo amordazado, pero el que aspira a purificarse al máximo, tiene que afanarse en quitar todas las improntas negativas que uno mismo se encargo de acumular en otro momento de su vida, cuando la guardia estaba bajada, dejando la puerta abierta a todo este tipo de poluciones.

Muy acertada la entrada.

Namaste.

juAnr dijo...

Entre los 51 factores mentales, hay seis que detallan las seis aflicciones raíces, una de ellas es el venenito del orgullo, citare:

[..]24. El orgullo (Tib.: Nga.guiel). Traducido literalmente del tibetano, significa importancia personal. El orgullo es un factor mental distintivo que, debido a una percepción del yo o de lo mío como autoexistente, se aferra a una imagen de sí mismo inflada o superior. El orgullo surge de una comparación entre lo bueno y lo malo, lo superior y lo inferior.
El orgullo se puede dividir en seis grupos que son los siguientes:
-Orgullo inferior. El que surge cuando nos comparamos con los seres que consideramos inferiores a nosotros.
-Orgullo superior. El orgullo que aparece cuando nos comparamos a aquéllos que están a nuestro mismo nivel social, de conocimiento, etc., y a pesar de ello, nos consideramos superior a ellos.
-Orgullo extremo. Al compararnos con seres superiores a nosotros y seguimos pensando que somos superiores a ellos, entonces aparece el orgullo extremo.
-Orgullo egoísta. Es la actitud presuntuosa de alguien que considera el agregado de su cuerpo, por ejemplo, como algo perfecto; y no sólo eso, sino que percibe el yo y ese agregado del cuerpo como una entidad autoexistente.
-Orgullo auto-afectado. Este orgullo, aparece cuando, ante una serie de personas que poseen un conocimiento mucho mayor que uno mismo, piensa: "Puesto que yo apenas poseo una fracción del nivel de los demás, soy verdaderamente humilde e insignificante". El orgullo auto-afectado, surge de esa humildad que ha declarado, surge de una humildad falsa.
-Orgullo distorsionado. Este es el caso de generar orgullo por seguir un camino espiritual que no es correcto, que su base no es real. Por ejemplo, una persona que, siendo de una moralidad bastante degenerada, se considera a sí misma correcta y virtuosa.
La función del orgullo es evitar el desarrollo de cualquier virtud superior, haciendo a la persona altiva e irrespetuosa. [..]

"Vida y enseñanzas de un lama tibetano". Guese Lobsang Tsultrim.

marpa dijo...

Ahora que somos conscientes de las formas que adopta el orgullo, a ver si somos capaces de identificarlo cuando surja en nuestra mente y desenraizarlo.

¡Al tajo!

Felipe dijo...

Cuan sutil es el ego, que incluso cuando creemos hacer lo correcto, nos ha echado del sillón de mando de la atención disfrazándose otra vez de verdad. Redirigiendo de nuevo la nave al camino del sufrimiento.

De hecho en estas palabras el tambien está.

Estoy limpio Marpa, ahora a por la mente.

Namaste.

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