viernes, 26 de octubre de 2012

Presencia: Apariencia

Pensamientos que surgen,
permanecen y se desvanecen.
 
Como en un sueño,
mezclando y preparando
la unión.

Sin buscar,
dejando la vida fluir
sin obstrucciones.

 
Un sabor
que lo impregna todo;
gozo y vacuidad.

Curiosa experiencia;
una presencia
en un mundo de apariencias.
 
 

domingo, 14 de octubre de 2012

Via Ferrata: Escalera hacia el cielo


Hoy he recorrido mi primera via ferrata:
les Baumes Corcades, en Centelles,
muy cerca de donde yo vivo.

Un amigo me ha prestado el arnés
y el disipador, y he podido
saborear un sucedáneo de la
escalada, pero que me ha proporcionado
sensaciones potentes.

Esto de ascender por paredes que sin estar
asegurado a un cable nunca me atrevería
a subir o flanquearlas a través de escalones
de hierro, me ha dado una nueva visión
de un monte que no llega a los mil metros,
el Puigsagordi, y al que antes había subido
por otros senderos y hasta en coche.

El viernes por la tarde hice una primera
aproximación a la via para probar
el arnés y el sistema disipador,
y sólo ascendí un par de pequeños
tramos llegando a la cima por un
sendero cercano a la via ferrata.

No había casi nadie ya que estaba
muy nublado, pero cuando ya estaba
a medio descenso me crucé con un
chico que hacía la ferrata sin ningún
tipo de protección: supongo que
sería un escalador.

Le estuve observando y se movía
con mucha soltura y equilibrio:
había belleza en su movimiento,
aunque sin conocer su nivel
de destreza no podría decir si
tambien existía la temeridad.
Lo que para un novato inexperto
como yo sería una gran temeridad,
para un escalador curtido a lo mejor
era un simple paseo.

Hoy he empezado a trepar a las nueve,
y el primer tramo que el viernes subí
sólo a medias, bastante vertical,
lo he culminado envuelto en una
sensación de miedo y al llegar
arriba la adrenalina se ha disparado.

Luego me he cruzado con dos chicos
que se habían dado la vuelta ya que
uno de ellos era su primera ferrata
y no se ha visto capaz de cruzar un puente
tibetano de unos 65 m, y hemos ido por
la via que hay debajo del mismo,
más fácil.

El otro chico, escalador, me ha dicho que había
hecho esta ferrata unas quince veces, y que
acompañaba al otro.

A mi me ha ido muy bien encontrarme con ellos,
ya que he podido aprender ciertas técnicas
básicas y subir por el tramo de la escalera,
con un par de desplomados que
le otorgan el calificativo de difícil
segun los creadores de la via.

Si no hubiera sido porque iba con ellos,
que me han dado ánimos y confianza,
probablemente el tramo de la escalera
no lo habria subido yo sólo.

Justo antes de amarrarme a la escalera
me he agarrado de forma incorrecta
a un escalón mientras cambiaba
los mosquetones y he sentido una
punzada muy fuerte en el brazo,
que se me ha quedado casi
dormido ya que supongo que
me he pinzado un nervio.
Otro día me anclaré con la
cinta exprés que llevaba
y no he utilizado y hasta
podré tomar fotos.

Cosas que pasan cuando uno
hace una actividad nueva
sin hacer cursillos, como
suelo hacer yo.
Después del último desplomado
la sensación de gozo adrenalínico
 ha vuelto a aparecer y ya sólo
faltaban pocos metros y unos siete
escalones para llegar a la cima.
Dos jóvenes montañeros y un viejo
lobo solitario compartiendo un
momento aparentemente especial,
al menos para dos de nosotros:
nuestra primera ferrata.
Una sensación parecida a la de
mi primer tres mil hace ya tres años,
compartido tambien con cuatro
montañeros.
Soy un tipo con suerte,
aunque ahora tengo el
brazo derecho y la mano
magullados.
Luego al bajar me han dicho que han
sido monitores de un centro
de niños-jóvenes durante
siete años, parecido a lo que
son los boy-scouts aunque
sin tanto formalismo.
Este año iba a ser el último,
ya que querían vivir otras experiencias
y dejar atrás su fase de monitores infantiles.

Creo que a mi me pasa lo mismo que a ellos:
debo abandonar lo que he estado haciendo
durante bastante tiempo y empezar una
nueva etapa.
Suerte Aleix y Ferran;
gracias y hasta la vista.

Adiós pasado.


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