

Gran yoguini sin ego,
esencia del corte supremo,
sin dejar rastro en tu vuelo.
Encontraste al maestro,
y puliste tu arte afilado,
dejando solo un olor a corte.
Ahora puedo enterrarte sin prisa,
en la tumba del ser. Ofreceme
tu cuello, y desvanecete al instante.
Esto le dijo Marpa a Machig,
la noche en que se encontraron,
en la densa niebla de Malkut.
No hay comentarios:
Publicar un comentario