
Es tu cuerpo feo el reflejo
de una mente clara y despejada.
Es tu mirada feroz y penetrante,
tu arma para asustar a los dubitativos.
Es tu presencia potente
un ancla para los debiles.
Es tu silencio
la palabra verdadera.
Es tu muro la puerta
a la naturaleza de la mente.
Tu eres la barrera sin puerta,
el koan sin respuesta.
Viejo bribon,
atraes a los que osan.
Canalla,
asustas a las viejas.
Desde el no-ser,
empujas a la vida.
Joven patriarca,
siempre viejo.
Susurrando el no-sonido:
AH
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