Leer instrucciones sobre meditación,
entenderlas a nivel intelectual
y ser capaz de llevarlas a la práctica
son tres cosas muy distintas.
Es muy importante ser capaz de discernir
el tipo de técnicas que son las adecuadas
para nosotros en cada momento.
De nada sirve una técnica muy avanzada
si nuestro nivel no se corresponde con ella.
Si somos incapaces de escoger la
técnica adecuada para un momento determinado
de nuestra práctica, no obtendremos
ningun logro ni progreso.
En el sistema mahamudra hay distintos niveles,
cada uno con sus técnicas específicas,
adecuadas para los practicantes
que se encuentran en distintas
fases de la práctica.
Así como en el montañismo, que para acceder
a determinadas cumbres hay que poseer
determinado nivel de técnica y resistencia,
en la meditación, para acceder de forma
segura a determinados estados de conciencia
tambien hay que dominar ciertas técnicas.
Querer utilizar técnicas de un nivel mas
elevado al que tenemos es invitar al accidente.
El descalabro mental que puede sobrevenir
exige que seamos prudentes a la hora
de elegir las técnicas a utilizar
en cada momento.
Los logros son la prueba de que
estamos practicando correctamente.
Si no hay logros, debemos plantearnos
si realmente estamos utilizando
las técnicas adecuadas o debemos
cambiarlas por otras.
No por ir mucho a misa se es un buen cristiano.
No por leer mucho sobre mahamudra
y utilizar algunas de sus técnicas
de forma inadecuada los logros
apareceran en la mente.
De ahí la importancia en las fases iniciales
de seguir los consejos de un maestro
experimentado que posea logros.