El remordimiento es una forma de autocastigo
que nuestra mente se inflinge a si misma.
Todos tenemos un código de valores
y cuando actuamos de una forma
no acorde con el mismo,
entonces aparecen los remordimientos.
Si nuestro código de valores está basado
en la sabiduría y la compasión, entonces el remordimiento
nos será útil, ya que nos estará indicando
que nos hemos apartado del recto sendero
en nuestro comportamiento.
Si nuestro código de valores no se basa
en la sabiduría ni la compasión, entonces
el remordimiento es dañino, ya que surge
cuando nos desviamos del comportamiento
ignorante.
Tener remordimientos no es bueno ni malo per se:
depende del tipo de código que sigamos.
La cárcel del remordimiento puede resultarnos
útil o inútil.
Dependerá del grado de sabiduría alcanzado
por la mente.
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