domingo, 7 de diciembre de 2008

Gran Piramide: Iniciacion



Dos dias despues de haber dormido en lo alto de la gran piramide,
la tarde antes de partir hacia Israel, la piramide nos abrio su puerta.

Eran las seis y media de la tarde, y SUPE que era el momento de
penetrar en las entrañas de la piramide. Jeff y yo nos dirigimos hacia
ella, y los vigilantes nos dijeron que ya había concluido el horario de
visitas.

En otros de mis viajes anteriores, descubrí que hay momentos
magicos, en los que todo está preparado para que podamos tener
una experiencia especial. Supe enseguida que este era uno de estos
momentos, por la sensacion de seguridad y serenidad que se siente.

Le dije a Jeff que había que perseverar, y empezamos a hacer un
poco de ruido, y se me ocurrió decirles que teníamos permiso del
jefe. Al decirles esto con un aplomo total, los vigilantes se quedaron
dubitativos y desconcertados, y ya que nadie quiere buscarse
problemas con el jefe, nos llevaron hasta la oficina del supervisor.
Este era un hombre afable, y despues de decirle que por la mañana
nos iríamos del Cairo, y que debíamos visitar la piramide, nos dijo
que no había ningún problema, ya que en esos momentos un grupo
de turistas americanos estaban meditando en la camara del rey, y
que por lo tanto podíamos hacer la visita. Jeff no se lo creía, y no
paraba de decir que era increible lo que sucedía. Yo sabía que
todo iría bien, porque en el pasado había tenido experiencias
similares en otros sitios como Machu Pichu, Salt Lake City y
en Alaska, entre otros.

Esto confirmó mi intuicion que la piramide nos quería mostrar sus
misterios, y recuerdo la cara de los vigilantes que no habían venido
a ver al supervisor cuando nos vieron llegar con el en su ranchera.
Compramos el tíquet (eso si que lo tuvimos que pagar, pero no
los dos mil dolares que pagaron los "meditadores americanos" que
probablemente se alojaban en el hotel de lujo al pie de las piramides
llamado Mena House)

Lo bueno es que nos dejaron entrar SOLOS, y nos dijeron que nos
fueramos hacia la galería subterranea, ya que los americanos estaban
arriba.

Jeff y yo descendimos por la galería, estrecha e inclinada, y llegamos
a la camara subterranea. Una vez allí, pude ver que había un pozo
y una gruta de piedra no tallada. Me subí hacia el fondo de la gruta,
sentandome en una especie de silla natural, y empecé a interrogar
a Jeff sobre algunos temas relativos a la piramide. Pasó el tiempo,
y desde arriba nos decían que subieramos, pero yo le dije a Jeff
que era un momento magico, y que debíamos relajarnos. Luego
apagaron las luces tres o cuatro veces, y bajó un vigilante zumbando.

Empezamos el ascenso, y al llegar al cruce que te lleva hacia la
galería que desemboca en la cámara de la reina, oímos que los
americanos bajaban ya. Los vigilantes querían que salieramos,
pero yo tiré para arriba y Jeff tambien, dejando a los vigilantes
refunfuñando detras. Recuerdo que nos cruzamos con el grupo
de "meditadores" en la galería de ascenso, y nos miraron perplejos,
ya que supongo que les habían dicho que estarían solos en la piramide.

Luego llegamos a la cámara de la reina, y de allí retrocedimos
y seguimos el ascenso a través de la gran galería hacia la
cámara del rey.

Recuerdo la sensacion de PAZ que sentí cuando entré allí. Paz
y SILENCIO, pero una paz y un silencio VIVOS, vibrantes.

Luego Jeff se metió en el sarcófago, y despues de un rato
entré yo. Durante un momento eramos dos dentro, y luego
salió el y me quedé solo, tumbado en el sarcofago en el que
durante milenios muchos buscadores como yo habían yacido.

Era una sensación extraña; sentí calor y un zumbido que
parecía que siempre estaba allí esperando al iniciado
que había conseguido llegar hasta ese punto con esfuerzo y
honestidad. De alguna forma, un cuerpo pequeño
tumbado a muchos metros de altura dentro de una
estructura piramidal, recibe una serie de vibraciones
que solo se pueden dar en ese punto concreto del
continuo espacio temporal. En ese momento supe
que Micerinos y Einstein eran dos manifestaciones
distintas del mismo ser, en dos puntos del continuo
espacio-temporal, y que la piramide era una
MAQUINA DEL TIEMPO.

Luego bajamos, tranquilos, sin prisas, ya que
ahora había experimentado la ATEMPORALIDAD.

Y así fue como despues de haber ascendido hasta
la cima de la piramide, esta me mostró parte de
sus secretos escondidos en sus entrañas. Otra parte
me esperaban a mi regreso de Israel, cuando dormí
por segunda vez en la cima.

Desde entonces se que la piramide es un monumento
a la VIDA, y no un templo funerario.

También sé que cuando uno está listo para enfrentarse
a la Esfinge, y responde correctamente a sus preguntas,
la piramide abre sus puertas para que el neofito se convierta
en iniciado, y penetre en los misterios del ESPACIO-TIEMPO.

Compañero Egipcio,
¿estas listo para responder a la esfinge?

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