martes, 8 de octubre de 2013

Pedraforca: embrujo


Ayer hice una ruta circular en el macizo del Pedraforca,
subiendo a los dos picachos que estan separados por
una horca o forca, y que le dan esta apariencia
característica a esta "mágica" montaña.



El ascenso al primer picacho fue como ir en procesión,
ya que al menos adelanté a unas 50 personas, y probablemente
detrás vinieron unas 150 o mas.

Pero la segunda parte de la ruta cambió sustancialmente,
ya que sólo encontré a unos cuatro escaladores
y un rebaño de sarrios, que suelen evitar a la gente
y que nunca antes los había visto en la ruta
de ascenso al picacho superior.


Cuenta la leyenda que en esta montaña solían
reunirse las brujas para celebrar sus aquelarres,
por san Juan y san Silvestre.


Leyendas aparte, las sensaciones experimentadas
durante la ascensión son potentes, especialmente
durante el ascenso al solitario picacho inferior.

El verdadero embrujo del Pedraforca se siente cuando
la gente queda lejos, ya que se pueden
escuchar claramente los ténues susurros de la roca
sin distorsiones humanas.

Por eso me gusta tanto ir sólo a la montaña,
porque la disfruto de forma intensa,
con atención plena, ya que el riesgo
se incrementa y no puedes distraerte
en ningun momento.

Con nuestras prisas debidas a que el tiempo empeore
y nos pille una tormenta a veces andamos sin escuchar,
pero cuando la experiencia nos proporciona
una cierta seguridad, podemos llevar un buen
ritmo y escuchar las voces de la roca.

Si prestamos atención, podemos escuchar claramente
a esa parte de nosotros mismos para la cual
la noción del tiempo es mucho mas dilatada,
acercándose peligrosamente a la atemporalidad.

Sin ser permanente, 
nos lo parece.

Puede estar nublado o soleado,
hacer frio o calor, siendo las condiciones
atmosféricas un reflejo de nuestra mente
confusa.

Pero la montaña sigue estable, firme,
y se ve afectada mínimamente
por los estados transitorios
de la atmósfera.

Sólo en una escala mucho mayor
de tiempo podemos apreciar
estos cambios, exceptuando
los aludes o rayos,
que pueden provocar cambios
mas bruscos.

La montaña de la mente habla un idioma especial,
pero habla. Hay que ser un buen traductor
para entenderlo.




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