La mente a veces parece funcionar de un modo
semejante a un campo electromagnético.
Hace unas semanas que estoy repasando viejos libros
de física y matemáticas del bachillerato,
y aparecen conceptos como carga, intensidad de un campo
eléctrico, la diferencia de potencial entre dos puntos
de ese campo, capacidad de un condensador... y
creo que puede ser enriquecedor para comprender
el funcionamiento de la mente, con sus pensamientos
que a veces pueden tener una carga "emocional" de
valores concretos, sus creencias y prejuicios que
ofrecen más o menos resistencia (en Oms) a la circulacion
de la corriente de la conciencia variando su intensidad (en Amperios),
e incluso con sus condensadores o patrones emocionales-instintivos,
capaces de almacenar gran cantidad de energía (en faradios).
Incluso a veces la mente puede sufrir cortocircuitos...
Hace 25 años estudié todo eso pero no lo comprendí,
y ahora estoy volviendo a leerlo con la finalidad de
alcanzar una comprensión que en ese momento
no conseguí para así poder entender otros
conceptos relacionados con la mecánica cuántica
y el funcionamiento de la mente y la naturaleza
de la conciencia.
Lo que hace veinticinco años pude aprender en
tercero de bachillerato en un sólo año,
centenares o miles de científicos tardaron
a veces toda una vida para poder descubrir
leyes que en su tiempo estaban veladas,
y muchas veces fueron tachados de locos
o ignorados por la comunidad científica
de su época, poco proclive a las hipótesis
revolucionarias.
El edificio de la ciencia es el corazón
de la ciudad de la tecnología.
La mente científica surge de la semilla
de la CURIOSIDAD, y se desarrolla con
el abono de la perseverancia, dando
como frutos los descubrimientos
de nuevas teorías con sus correspondientes
tecnologías.
En esta era de la mecánica cuántica y la relatividad,
hemos visto surgir multitud de artefactos que
para los seres del siglo 19 eran pura ciencia ficción,
y los que aún quedan por descubrir son ficción
para nosotros ahora.
Y quizás todo esto y mucho más ya fue descubierto
por alguna de las civilizaciones de lo que llamamos
pasado.
Quizás la mente sea mucho más potente que
cualquier ordenador y capaz de ejecutar
tareas fuera del alcance del más poderoso
ordenador del siglo 22, como por ejemplo
construir un cuerpo físico capaz de explorar
el contínuo espacio-temporal.
Es fascinante ver por un lado lo alto que
la mente humana puede llegar y al
mismo tiempo lo bajo que puede llegar
a caer.
Einstein y Bohr por un lado;
Hitler y Mussolini por otro.
La tecnología en manos de unos
u otros produce resultados opuestos.
La última palabra la tenemos nosotros,
cuando tomamos las decisiones
en cada momento de nuestras
preciosas vidas.
Esas decisiones llevaran nuestra vida
y nuestra conciencia en una determinada
dirección.
A lo mejor Dios juega a los dados
en algunos niveles de esta compleja realidad,
pero el libre albedrío poco tiene que ver
con el azar.
Asegurémonos de que nuestras decisones
tiendan a la RECTITUD, y crearemos
una realidad tendente a la FELICIDAD.
semejante a un campo electromagnético.
Hace unas semanas que estoy repasando viejos libros
de física y matemáticas del bachillerato,
y aparecen conceptos como carga, intensidad de un campo
eléctrico, la diferencia de potencial entre dos puntos
de ese campo, capacidad de un condensador... y
creo que puede ser enriquecedor para comprender
el funcionamiento de la mente, con sus pensamientos
que a veces pueden tener una carga "emocional" de
valores concretos, sus creencias y prejuicios que
ofrecen más o menos resistencia (en Oms) a la circulacion
de la corriente de la conciencia variando su intensidad (en Amperios),
e incluso con sus condensadores o patrones emocionales-instintivos,
capaces de almacenar gran cantidad de energía (en faradios).
Incluso a veces la mente puede sufrir cortocircuitos...
Hace 25 años estudié todo eso pero no lo comprendí,
y ahora estoy volviendo a leerlo con la finalidad de
alcanzar una comprensión que en ese momento
no conseguí para así poder entender otros
conceptos relacionados con la mecánica cuántica
y el funcionamiento de la mente y la naturaleza
de la conciencia.
Lo que hace veinticinco años pude aprender en
tercero de bachillerato en un sólo año,
centenares o miles de científicos tardaron
a veces toda una vida para poder descubrir
leyes que en su tiempo estaban veladas,
y muchas veces fueron tachados de locos
o ignorados por la comunidad científica
de su época, poco proclive a las hipótesis
revolucionarias.
El edificio de la ciencia es el corazón
de la ciudad de la tecnología.
La mente científica surge de la semilla
de la CURIOSIDAD, y se desarrolla con
el abono de la perseverancia, dando
como frutos los descubrimientos
de nuevas teorías con sus correspondientes
tecnologías.
En esta era de la mecánica cuántica y la relatividad,
hemos visto surgir multitud de artefactos que
para los seres del siglo 19 eran pura ciencia ficción,
y los que aún quedan por descubrir son ficción
para nosotros ahora.
Y quizás todo esto y mucho más ya fue descubierto
por alguna de las civilizaciones de lo que llamamos
pasado.
Quizás la mente sea mucho más potente que
cualquier ordenador y capaz de ejecutar
tareas fuera del alcance del más poderoso
ordenador del siglo 22, como por ejemplo
construir un cuerpo físico capaz de explorar
el contínuo espacio-temporal.
Es fascinante ver por un lado lo alto que
la mente humana puede llegar y al
mismo tiempo lo bajo que puede llegar
a caer.
Einstein y Bohr por un lado;
Hitler y Mussolini por otro.
La tecnología en manos de unos
u otros produce resultados opuestos.
La última palabra la tenemos nosotros,
cuando tomamos las decisiones
en cada momento de nuestras
preciosas vidas.
Esas decisiones llevaran nuestra vida
y nuestra conciencia en una determinada
dirección.
A lo mejor Dios juega a los dados
en algunos niveles de esta compleja realidad,
pero el libre albedrío poco tiene que ver
con el azar.
Asegurémonos de que nuestras decisones
tiendan a la RECTITUD, y crearemos
una realidad tendente a la FELICIDAD.
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