Las circunstancias de la vida, unidas a nuestra estructura mental concreta,
hacen que surjan emociones, mas o menos intensas.
Cómo gestionamos estas emociones es lo que marcará
la diferencia entre una conciencia lúcida o confusa,
entre el estar prisioneros en estados mentales
opacos y anclados en el sufrimiento o estar
liberados.
No es fácil mantener estados de presencia mental
impolutos durante y después del surgimiento
de fuertes perturbaciones mentales.
Pero con la práctica del mahamudra, es posible
llegar a un punto donde estas emociones
se autoliberan cuando surgen.
Este estadio es el mismo que encontramos en
el dzogchen, y aunque la forma de llegar a
él puede variar, el resultado es el mismo.
Podemos describir conceptualmente lo que se siente
al experimentar la autoliberacion de las emociones,
o a través de símbolos, pero no dejan de ser
meros sucedáneos de la experiencia real,
que es personal e instranferible,
y no se puede comunicar.
Existen multitud de libros que detallan
los métodos de meditación del sistema
mahamudra, y narran las experiencias
de los maestros del pasado; estos libros
tienen una utilidad relativa, ya que podemos
ser capaces de memorizarlos de cabo a rabo,
incluyendo los aforismos de los maestros,
aunque no tengamos ninguna experiencia
ni mucho menos ningun logro.
Por ello es de vital importancia que seamos
capaces de llevar a la práctica las instrucciones,
y a no ser que tengamos una capacidad innata,
será necesario que estemos en contacto
con maestros del linaje que nos transmitan
los métodos y nos ayuden en caso de duda.
Hoy en dia no hay problema para encontrar
todo tipo de libros con instrucciones que
en épocas pasadas se transmitian solo a
los discípulos aventajados después
de un largo proceso de práctica bajo
la estricta supervisión de maestros
cualificados.
La pregunta es: ¿tengo un nivel parecido
al de los practicantes a los que se transmitían
estas instrucciones orales, o soy sólo un
practicante sin ningun tipo de realizaciones
que se engaña a si mismo?
Dependiendo de la honestidad en la respuesta
a esta pregunta, podremos sacar partido
de la enseñanza o seguir perdiendo el tiempo
en la noria del autoengaño.