La técnica de dejar a los pensamientos autoliberarse al surgir
no es nada fácil.
Requiere haber desarrollado un buen nivel de pacificación mental
al mismo tiempo que poseer un nivel elevado de comprensión
de la naturaleza de la mente, lo que en el lenguaje técnico
se conoce como la unión de shiné y laktong o permanencia
apacible y vision superior.
Cuando el nivel de shiné se eleva, la mente trabaja de forma
mas eficiente y los pensamientos no afectan al equilibrio
emocional del la mente, ya que de alguna manera esta
consigue situarse en un nivel superior, en el que
el desapego reina.
Pero esto no basta para conseguir una mente
hábil y eficaz, capaz de interaccionar constructivamente
con los seres que se mueven en los niveles mas bajos,
enmarañadas en el fango del apego.
Por ello es necesario trabajar para desarrollar
una forma de ver que permita integrar todo
lo que nos sucede sin estar aislados.
Esto lo proporciona la comprension de la
naturaleza de la mente, que nos da una vision
completa de todos los niveles y procesos
que tienen lugar en la mente, sin rechazar nada,
sino comprendiendolo y utilizandolo de la mejor
forma posible en el contexto en que nos toca
movernos. La compasion por los seres que
actuan guiados por la ignorancia crece a medida
que vamos viendo los errores que nosotros
mismos hemos cometido y cometemos.
Si somos capaces de integrar estas dos facetas
del método mahamudra, la mente va manifestando
espontáneamente su propio equilibrio y paz,
al igual que su propia sabiduría innata, y esto
hace crecer el gozo y la felicidad.
La represión tiene su función en las mentes
de bajo nivel de desarrollo, incapaces de
controlarse cuando estan expuestas a
fuerzas como las de los instintos o emociones
fuertes.
Pero a medida que vamos creciendo
debemos ser capaces de mirar a la cara
a estos instintos y no rechazarlos, sino
utilizarlos de forma que sean de utilidad
para nosotros y nuestros congéneres.
El instinto sexual y el de supervivencia,
por poner un ejemplo, son fuerzas muy
poderosas que forman parte de la mente,
y que si se rechazan o reprimen hacen
imposible que podamos desarrollar
una mente equilibrada y fuerte.
Cada vez que rechazamos los pensamientos
que surjen de estos dos instintos, no hacemos
mas que fortalecerlos, y asegurarnos que
la mente se vea llena de ellos cuando
aflojemos un poco la vigilancia,
incrementando el riesgo de dejarnos
llevar por ellos cuando el impulso
reprimido se desborde en la mente.
Es mucho mas eficaz ser capaz de dejar
que todo tipo de pensamientos surjan,
y al ser capaces de ver su verdadera
naturaleza de forma instantánea,
mantener el equilibrio e integrar su
energía a nuestra mente que se verá
potenciada y reforzada con cada
pensamiento que surja, sea este del
agrado de nuestro ego o no.
Pero esto sólo es fácil para aquellos
que ya tienen una gran experiencia
en el uso de esta difícil técnica:
estos son llamados maestros
o adeptos del mahamudra.