De vuelta al Punta Alta,
de nuevo la niebla,
pero sin tormenta.
Sólo hasta la cumbre,
y allí estaba el ingeniero,
acudiendo a la llamada.
La vuelta con una variante,
por la arista del comalesbienes,
con niebla pero ya dos.
Amistades a tres mil metros,
momentos compartidos,
con un fragmento de pirámide.
El barranco ya me conoce,
cual acelerador de partículas,
transformando conciencia
en presencia.
Cavallers
caballeros
knights.