Es curioso ver como la mente puede ser capaz
de imaginar la estructura y funcionamiento
del universo, adentrándose en el mundo
subatómico a través de su ingenio,
para desarrollar experimentos
y formas sorprendentes de medir
observables que probablemente
nunca podran ser vistos de forma
directa por el ojo humano.
Heisenberg con su principio de incertidumbre
vino a decirnos que la observación de la realidad
subatómica siempre tendrá un margen de error
irreducible, por muy precisos que puedan
llegar a ser los instrumentos de medición.
Estamos en una civilización basada en el uso
de unas partículas que nadie ha visto,
llamadas electrones, base de la electricidad,
verdadera sangre que circula y da vida a toda
una serie de aparatos electron-icos
que van desde la antigua radio hasta
los modernos ordenadores y aceleradores
de partículas.
La inteligencia es la verdadera palanca
que nos permite realizar proezas
y descubrir nuevas formas de
observar e interpretar la realidad.