En este gran planeta, girando sin parar
entorno al sol, surcando el vasto universo,
se encuentra lo que el ego llama MI mente,
dando vueltas sin parar a seudoproblemas
de su pequeño mundo, envuelta en la
preocupación y el temor causados por
el apego.
Las situaciones de la vida cotidiana son
fuente de sufrimiento debido a que la
mente no es capaz de ver su propia naturaleza,
y se enloda en la visión dualista que la limita
y la convierte en una triste sombra de si misma,
encadenada como Sísifo al vano esfuerzo
de intentar escapar de SU propio infierno.
A veces este sufrimiento latente se hace mas patente,
mientras que en otras ocasiones, vanas actividades
y distracciones lo disimulan bajo una capa de
superfluo y espúreo placer, pretendiendo
que no existe.
Otras veces, las situaciones dependientemente
originadas arañan la capa de barniz placentero,
mero sucedáneo de la verdadera Felicidad,
dejando al descubierto la verdadera condición
en la que se encuentra la mente,
y entonces resulta útil aunque doloroso
mirar directamente la esencia de este
sufrimiento que todo lo impregna.
Ahora es uno de esos momentos,
donde el reflejo en el espejo
es nítido aunque grotesco,
donde se ve claramente
la triste situación en
la que se encuentra
esta preciosa mente,
mancillada por
un tremendo
APEGO.
Me gustaría pensar que
Sísifo, o la mente confusa,
va a ser capaz algun día
de conseguir subir la
piedra de la conciencia
a la cima del despertar,
sin que vuelva a caer
en el infierno de la
dualidad y el sufrimiento,
pero mucho me temo que
sin una muerte a la confusión
y un renacer en la
PRESENCIA
esto es sólo
una quimera.
Y después del
AHORA,
vuelta a empujar
la piedra colina arriba,
como siempre,
para que vuelva
a caer,
como siempre.
O quizás ya va siendo
hora de obtener el indulto
y olvidar la piedra, la colina
y al mismo Sísifo.