Calma mental:¿Experiencia o logro?

Hay un punto en que las emociones perturbadoras
dejan de arrastrar a la mente, y esta se vuelve
tranquila, calmada, relajada.

Es gracias al DESAPEGO que las situaciones
dejan de generar estados emocionales perturbadores,
y la PAZ inherente a la mente se expresa sin obstáculos.

Estas experiencias son muy agradables, y tambien
pueden conseguirse gracias a la practica de la
CONCENTRACION, siendo la principal diferencia
en que si se logra un elevado grado de desapego
las experiencias nos llevaran a la REALIZACION,
mientras que la concentracion por si sola generará
sólo estados transitorios de paz.

Para conseguir el DESAPEGO es necesario desarrollar
la SABIDURIA que ve con nitidez la verdadera
naturaleza del EGO y de los FENOMENOS.

Únicamente cuando la capacidad de concentración
se una a la RECTA VISION apareceran los LOGROS.

Será entonces cuando la mente morará en la PAZ
incluso cuando las aparentes tormentas emocionales
surjan debido al karma.

Apego: Tormentas emocionales

A veces la mente parece vivir en la EUFORIA,
mientras que otras aparentemente se
estanca en la DEPRESION.

Estas no son mas que las dos caras de la
misma mente CONFUNDIDA, que tiene una
historia muy larga, y en la que recogemos
lo que hemos sembrado en el pasado.

El estado eufórico es mas agradable y
facil de sobrellevar, pero su contrapartida
es el estado depresivo, que siempre le
sigue como la sombra al cuerpo,
y este ya no deja tan buenas
sensaciones.

Mientras exista APEGO por algo,
viviremos estos dos estados confusos,
con mayor o menor intensidad,
dependiendo del tipo de acciones
que llevemos a cabo, que siempre
daran como resultado KARMA,
sea en la forma AGRADABLE
o en la DESAGRADABLE.

Incluso cuando seamos capaces de dejar
atrás el apego, la inercia del karma
va a traer estos dos estados emocionales
a la mente, pero ya no nos ARRASTRARAN,
es decir, seremos cada vez mas capaces
de OBSERVAR los movimientos
emocionales sin cometer acciones
que generen mas karma y
así poco a poco iremos escapando
de la rueda del sufrimiento.

Estos estados emocionales de alta intensidad
se desvaneceran como las tormentas,
dejando su rastro inconfundible,
pero sin lanzarnos al pozo
de la depresion o al volcan
de la euforia.

La practica constante tiene su recompensa,
MITIGANDO los movimientos cíclicos
del karma, que es INFLEXIBLE e
IMPLACABLE, y del que no se
puede escapar.

PLACER y DOLOR juegan su papel
a nivel físico, al igual que el
GOZO y el SUFRIMIENTO a
nivel mental.

Sigamos el camino que lleva mas
allá de ambos, sin CODICIA (deseo)
ni ODIO (rechazo):
LA SENDA del DESAPEGO.

RENUNCIEMOS a seguir siendo
esclavos de los tres VENENOS
(codicia, odio,ignorancia),
característicos de nuestra
erronea IDENTIFICACION
con una entidad autoexistente
llamada EGO.

Sólo con una verdadera RENUNCIA,
va a ser posible tomar REFUGIO
en las tres JOYAS.

Si la renuncia no es genuina,
no habremos dado ni un sólo
paso en el Noble Sendero Octuple,
aunque hayamos hecho miles
de practicas o hayamos tomado
miles de votos.


RENUNCIA

Poder: Responsabilidad

El desarrollos de ciertas facultades mentales, o sidis,
conlleva el riesgo del uso egoista y parcial de las mismas,
y la consiguiente generacion de karma.

Por ello en el linaje mahamudra, las técnicas que
facilitan este desarrollo, no se presentan al discípulo
hasta que su motivacion es la correcta,
para evitar que se empantane.

Una vez obtenido un determinado sidi, deberemos
desarrollarlo y utilizarlo como medio hábil,
y sólo de esta forma iran apareciendo
otros que lo complementaran,
incrementando el poder
de expresion de la mente.

Si no hemos sido capaces de comprender
satisfactoriamente la vacuidad del ego,
estos sidis solo serviran para reforzar
este ego y los grilletes que nos
atan a la prision de la mente
confusa.

Por tanto, esforcemonos en desarrollar
los ocho aspectos del Noble Sendero
para que la mente pueda ir desarrollandose
equilibradamente y expresar sus
ignotas facultades innatas
para poder ser de utilidad
a los seres sintientes.

Sabiduría: Pensar y no pensar

No hay nada malo en pensar.

No hay nada malo en no pensar.

El problema surge al pensar
cuando no hay que pensar,
y en no pensar cuando
hay que pensar y
al apegarnos al
pensamiento
o al no pensamiento.