Cuando el EGO deja de dominar la mente,
las acciones son percibidas como puras y nítidas,
pese a haberlo sido ya siempre en esencia.
En ese momento, nuestros errores acumulados,
que crearon nuestro karma individual,
se desvanecen dejando un sutil rastro.
La compasion impregna todos los actos,
y todas las emociones egoicas anteriores,
se convierten en el egregor protector.
Los patrones emocionales que anteriormente
hundían la mente en la confusion y el sufrimiento,
ahora la protegen de los seres confundidos y agresivos.
Los Protectores del Dharma no son mas que esto:
el propio karma siendo utilizado por la mente despierta.
Ningun misterio.
No existe ni Dios ni demonio,
aparte del creado por la propia mente,
en su estado de confusion.
Esto lo re-descubre la mente
cuando se purifica en el sarcofago de Orion
y surge como rey despierto, señor de la doble corona.